Publicado en El Espectador, Noviembre 1 de 2012
María recién cumplía quince años cuando nos
contó que la mayoría de sus compañeras de colegio en una pequeña ciudad
francesa, muchas de ellas vírgenes, tomaban regularmente la pepa. Ante la sorpresa
sobre esa forma de prevenir el embarazo adolescente aclaró sonriendo "es
para el acné".
El acné tiene distintas causas, y una de
ellas es el desequilibrio hormonal que, durante la adolescencia, hace aumentar
la producción de sebo. La piel se torna grasa, se bloquean los poros y salen
granos en la cara. Mujeres adultas también sufren de acné hormonal durante la
menstruación. Hace varios años la medicina europea encontró que la píldora
anticonceptiva, regulando las hormonas, disminuye el problema.
El "Grupo Colombiano de Estudio en
Acné" estima que antes de los 21 años, más del 80% de la población ha sufrido
la afección. Se sabe que es una fuente de incomodidad y discriminación para
quienes a veces es más importante el aspecto físico que la vida social o
académica. Dentro de las recomendaciones para su tratamiento, este grupo de
dermatólogos no menciona la pepa.
Un revisión reciente de estudios sobre el
efecto de los anticonceptivos en la piel -que cubría ensayos con más de 12 mil
mujeres- concluyó que todas las píldoras analizadas disminuían el acné, sin divergencias
apreciables entre ellas. La eficacia relativa de las pepas frente a los
antibióticos u otros tratamientos contra el acné aún no se conoce.
Desde los años ochenta se encontró que
las grandes diferencias observadas en las tasas de embarazo adolescente entre países desarrollados no se explicaban
por discrepancias en la actividad sexual. Además, que el uso de contraceptivos
y en particular de la píldora entre adolescentes es más bajo en los EEUU, líder
del embarazo precoz en el primer mundo.
Las adolescentes francesas se destacan
por las tasas relativamente altas de utilización de métodos anticonceptivos
para su primer encuentro sexual. Esta diferencia es especialmente marcada para
la píldora. Un 15% de las mujeres sexualmente activas en Francia reporta haber
recurrido a la pepa para protegerse en su primera experiencia sexual. En los EEUU
la proporción es casi la mitad. La mayor
preferencia europea por métodos farmacológicos persiste en la vida adulta.
No se sabe hasta qué punto la aceptación
de la píldora entre las francesas proviene de su uso temprano como remedio para
el acné. En el otro extremo, intriga la baja popularidad de los métodos
hormonales entre las adolescentes gringas. Lo que resulta claro es que las decisiones
contraceptivas de las primeras -con frecuencia pepa más condón- son mucho más eficaces
(7 nacimientos por cada 1000 jóvenes) que las adoptadas por las adolescentes norteamericanas
(55) y las demás anglosajonas (26).
Como sistema de incentivos para prevenir
el embarazo juvenil, difícil imaginar algo más astuto que la costumbre francesa
de regular el flujo de hormonas para combatir el acné. Anticoncepción
subliminal se podría denominar esta receta que tiene la virtud, adicional a su
eficacia, de no ejercer ninguna presión sobre la decisión de cuando darlo por
primera vez.